El premio

¿Hasta dónde serías capaz de llegar con tal de triunfar? ¿Qué
estarías dispuesto a traicionar con tal de conseguir tu PREMIO?
¿Cuál es el precio de la gloria? ¿Y el de la vanidad?

Son preguntas que cuesta responder sin apelar a nuestra propia escala de valores. Los tres personajes de esta obra tienen una motivación clara y poderosa. Todos anhelan su PREMIO. Y en el obsesivo (y peligroso) acercamiento a su premio es donde conocerán su verdadero límite ético… ¿O acaso para ellos no existe límite alguno? Traspasar la línea roja o no traspasarla, he ahí el dilema. Una cuestión trascendente, sin duda, pero que en esta obra se expresa en modo de comedia, quizá la manera más lúcida de hablar de las cosas serias de la vida. Porque cosa seria es ver cómo tu pareja se hunde día tras día sin que puedas hacer nada por remediarlo…

La dulce y paciente Carla es testigo del bloqueo mental de su pareja, Martín, un profesor universitario de mediana edad, que ha publicado algunas novelas con desigual fortuna, y ahora tiene la posibilidad de ganar un premio literario que auspicia la editorial de Virginia, su exmujer. Trescientos mil euros en metálico y la edición de una novela que situaría a Martín en una posición óptima como escritor y le haría abandonar ese trabajo docente que tanto odia, aunque gracias a él conoció a Carla. Paradójicamente, Virginia quiere ayudar a Martín a remontar el vuelo, pese a que éste la sustituyó en su corazón por aquella alumna, según ella, tan normalita, tan complaciente y tan poca cosa. Tal vez él buscara lo que todos a su edad: sentirse un “Pigmalión”. Pero han pasado tres años y no hay rencor. Queda el cariño y la amistad y el buen rollo.

Si Martín se esmera y acierta, Virginia, con gran influencia en el jurado, logrará que el premio sea para él. Pero Martín ni se esmera ni acierta. El plazo de entrega está cada vez más cerca y su ansiedad no deja de crecer pese a los consejos de la psicóloga que le trata. La terrible crisis del folio en blanco que con tanta vehemencia proclama Martín y que Carla, incansable ángel de la guarda, está dispuesta a superar ofreciéndose a realizar su trabajo. Sí, ella escribirá el texto de cabo a rabo. Lo que para Martín es, al principio, una idea disparatada e inaceptable, se convierte poco a poco en la única salida a su problema. Carla será su “negra” particular y Martín asistirá, con una mezcla de celo y alivio, a la construcción de una novela que puede ser su tabla de salvación. Virginia se siente gratamente sorprendida por el “trabajo” de Martín. Una labor que ha sacado a flote una insólita sensibilidad femenina en el escritor. Pero su promesa de concederle el premio tiene ahora una inesperada condición: pasar una noche de pasión con Carla, ahora que la editora acaba de descubrir su flamante bisexualidad. La propuesta cortocircuita a Martín: Pero, ¿dónde ha quedado la amistad, el cariño y el buen rollo? Lo que para Martín es, al principio, una idea disparatada e inaceptable, se convierte poco a poco en la única salida a su problema… Sobre todo, porque es la propia Carla la que decide sacrificarse con tal de no arruinar la consecución del premio. ¿Pero de qué premio estamos hablando? Hay un premio, para Martín, inmerecido. Hay un premio, para Virginia, que esconde una venganza en toda regla. Y hay un premio, para Carla, insospechado, que irá desvelándose a medida que les demuestre a todos (y a sí misma) que ella también es capaz de traspasar su línea roja.

Dirección: GABRIEL OLIVARES